Sexualidad en el postparto

El embarazo y el postparto son las etapas en la vida de la mujer que implican una gran revolución tanto física como en todos los ámbitos de la persona; siendo la sexualidad una de las áreas que más afecta, que poco se visibiliza y acompaña.

Se habla mucho acerca del embarazo, de los cambios del cuerpo, hábitos, cuidados, crecimiento del bebé, parto, cesárea, nacimiento… Pero, ¿por qué no se visibiliza la sexualidad?, ¿y el postparto real?, ¿por qué no se habla abiertamente de los cambios que se producen, y como tal, la crisis de crecimiento que afecta a todas las dimensiones de la persona? Un cambio vital tan profundo que afecta a con gran intensidad a la pareja en toda su esfera social y emocional y, por supuesto, en su esfera sexual. 

La falta de dicha información solo hace que aumenten los tabúes, el sufrimiento y culpa de muchas mujeres; que en muchas ocasiones hace se deja olvidada la sexualidad, como si pudiéramos disociarnos de algo que es tan importante, y es intrínseco a la persona.

El embarazo y el puerperio no suponen un breve período de tiempo; pero, sin embargo, los cambios que se producen en ellos pueden suponer cambios profundos en la relación sexual, que podrían afectar a la relación posterior y que deberían ser reconocidos por el profesional que atiende a las parejas en este período. 

 Por ello es una etapa donde la educación sexual por parte de los profesionales que atienden a las mujeres, debe estar muy presente.

Una educación sexual integral que se acerque a la mujer (tanto embarazada como si ya ha sido madre), a la pareja, y que proporcione información acerca de los cambios que se van a producir en todas las esferas de la vida.

Los cambios en el cuerpo de la mujer, la asociación de esos cambios a verse mal, rechazarse o tener miedo a la zona genital, es algo muy habitual que ocurra. Lo que conlleva una disminución de la autoestima de la mujer, a disfunciones sexuales y de suelo pélvico que van a afectar a la calidad de vida, y salud integral de la mujer.

No reconocer el propio cuerpo, tener dolor, disconfort, los cambios en el deseo, estar atenta a las necesidades del bebé sin atender las suyas propias, van sumándose, quedando para el final el área sexual. Según un estudio, la dispaurenia, la pérdida del deseo o la anorgasmia en la mujer y en el hombre disfunciones eréctileseyaculadoras o trastornos de la libido, son las disfunciones sexuales que nos podemos encontrar en esta etapa (Sebastiani, Castelo-Branco y Siseles, 2005). 

Entramos en una nueva etapa de la sexualidad, donde lo primero es investigarse conocerse, y re-conocerse; para posteriormente reencontrarse con la pareja. 

Siempre asemejo esta etapa a la adolescencia: un momento de descubrir la sexualidad, para posteriormente compartirla.

Lo que normalmente nos cuesta mucho aceptar a mujeres y hombres, ya que tenemos la idea de que, en estas edades la sexualidad está establecida. Pero no tenemos en cuenta que la sexualidad es un factor intrínseco de la persona, y como tal, va evolucionando con nuestras vivencias, experiencias, y nuevos retos que nos presenta la vida. Esa es la belleza de la sexualidad: evoluciona y crece con nosotros.

by Arantxa F.Peinado

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